jueves, 7 de febrero de 2013

ESPASMOS TORRENCIALES

A veces le sucedía a Eloisa Martínez Monroig, que de súpeto un chorretón le salía de la garganta y se avalanzaba sobre el contertúlio que de frente tenía poniéndolo en todo caso perdido de glóbulos y plaquetas y demás matéria, casi siempre se daba el caso de que el contentúlio era varón de entre unos 35 y 55 años, buena presencia y cansantes maneras.
Ella pues claro, se ruborizaba en ocasiones y en otras circuntancias hasta le podía dar la risa y todo.
El acto era automático y nomás debía tomar un cafe con croisant para reponer la pérdida de torrente que había acontecido.

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