lunes, 11 de febrero de 2013

AHIJÓ, AHJIJÓ

Tanto talar e inmescuirse en la espesura boscosa ha hecho que este buen leñador se plantee asuntos de folosóficas dimensiones, a la par se da golpes en la cabeza con su hacha para ver si a base de telegráficos impulsos consigue algún tipo de cohesión eléctrico-célular que le haga vislumbrar cierto atisbo de comprensión mundanal o por lo menos le aclara dondé será mejor clarear el monte y que árboles son los idóneos para ser talados, picados y apilados para su mejor secado y su posterior combustión.

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