Pues tiene lo suyo este ser postdiluviano de demoníaco signo y no menos contundentes taras,
las cuales digiere pero no sintetiza, y vese forzado a la manera de portar tras de si la lacra y el peso de todos sus excesos y abscesos, los cuales debe soportar diligentemente, ya que ningún otro generoso congénere tiene la posibilidad de prestarse a tan concreto auxilio.
La región que mora esta plena de amenazantes, degeneraciones, arideces y magnánimos exfoliantes,
mas el parece empezar a sentirse cómodo y tiene proyectos lumínicos para adecentar el páramo.
El ojo del cielo que corona la región, aderezado por tormentas magnéticas e impulsos solares esta
cambiando de tercio y aventura una nueva era de incierto sino, mientras tanto y sin ningún tipo de
coacción continúa reptando esta gran reptiliana mientras transcurren los eones temporales a ritmo de épico cancionero.
Consiste en una superficie de 100x70, trabajada a golpe de plumillas, pincel y ciertos toques del clásico rotulador de fino trazo.... con negra y brillante tinta india... manufacturado en origen para mi gran amigo, maestro y mecenas Eliseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario