jueves, 10 de abril de 2014

SUEÑO CON SERPIENTES

La sierpe siempre ha de aguantar las culpas de todos los desaguisados, malentendidos y situaciones desencadenadas por ser un ente ponzoñoso y oscuro, arrastrado y de atribuidas esencias malignas. Que si tuya fue la culpa de de mis viles acciones, que si tu me dijiste que la fruta esa era para que todos comiésemos, que si vertiste un sonido sibilante en mi oído enunciando hechos que no son certeros, y claro, la pobre nunca pretende inmiscuirse ni modificar conducta alguna y siempre camina sola y apenada sobre tierras de inofensivos emboques.
El caso es que una sierpe se topó con esta mujer murciélago mientras ambos disfrutaban por separado de un soleado pasear entre zarzas y matojos, al verla aparecer de sopetón tras los arbustos la dama exclamó y la sierpe se paró en seco preguntándose así misma si viendo la escena desde fuera, una tercera persona podría concebir que tal engendro de la naturaleza podría alcanzar cotas de mal superiores a la suya.
Tras el primer tropiezo la dama le ofreció, la sierpe, aunque reacia, acepto los invites y ambos acabaron mordiendo palos de regaliz bajo la sombra de un laurel de grandes dimensiones.
Un tercero que agazapado y asomado contempló fugazmente la escena quedó patidifuso observando tan maligna confluencia.
Parece ser que esto pudo ser el comienzo de un idilio, o eso le oí decir más tarde a una señora que vivía próxima a los prados que ambos frecuentaban y que abogaba por los derechos de los reptilianos, los ofídios y los mamíferos voladores.

Dibujo de la suite "Líneas de Bus", que se compone de automatismos gráficos realizados en vehículos móviles, con curvas serpenteantes y asientos reclinables de por medio.

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