Ya que este petulante y dicharachero danzante no se pronuncia os diré que parte de su problema (que a la vez se erige como parte de su salvación) es que no tiene fondo a la hora de traspasar muros y murallas y pastos y dehesas siempre a ritmo, o en caso de ausencia de este, con una arritmia bien simpática...mas a la hora del retorno viene tan madreado que simula un fantasma del baile continuado.
Yo le digo que el verá, que si para se va a desgastar y si continúa por esa senda se va a desgastar.
Es entonces cuando le canto:
"Ánimas que no amanezca,
que si apuro a media noche,
que hasta donde el cuerpo aguante
hay que darle cuanto quiera,
sin dudas y sin reproches
que al cabo mundo ahí te quedas."
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