Sin moverse desciende
acompañada de tuétanos
que todavía resuenan.
Viste inmensos altos tornasoles
(...)
Para adornar sus flores delirantes
y su evocación secreta de antorcha ondulante
era aritmética y eclesiástica.
(...)
Y al despertar se peina a la deriva
come invisibles deseos
comiendo su insomnio en llamas
pan de ceniza
y algunos poemas.
Son rectales de la historia en verso de una errante que se miro ante el espejo y asustándose de la visión
quedo en ella atrapada...así que tengan cuidado de la visión a la que se encomiendan, o con la que comparten aspiraciones.
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